sábado, 7 de enero de 2017

Día #7: Último paseo. Despedida y resumen.

Último día en Munich. No nos queremos ir. Hemos estado tan a gusto en esta ciudad !
En fin, es lo que toca... Hoy es sábado y todo ha vuelto a la normalidad: tiendas abiertas, mucha gente en el centro, ambiente por todos lados y un frío horroroso... -12 marcaba el termómetro a las 10 horas:

La idea que teníamos para hoy era bien sencilla. Pasear por el casco histórico, hacer alguna compra, comer en el mercado Viktualinmarkt, repetir experiencia de café en Vits y ya.
Aunque la mañana la hemos empezado visitando la iglesia barroca de Asam, que estos días o bien nos la encontrábamos cerrada o era ya de noche y no se podía apreciar su interior. La verdad, es que su reducido tamaño, al estar encajada entre dos casas, hace que tenga algo especial. Su altar, sus columnas retorcidas y su gran pintura del techo son sus aspectos más destacados.

Aunque ya habíamos visitado el mercado, como nos pilló en medio de una intensa nevada, algún detalle se nos pasó por alto. Hoy hemos degustado in situ su más preciado manjar...
Muy rico todo, y si no que se lo pregunten a Susana cómo estaban esas salchichas con su mostaza dulce y su pretzel saladito... uhmmmmmm!

Como os podréis imaginar, no hay muchas fotos en esta entrada. De hecho ya no hay más. 
Así que con esto damos por terminado el blog del viaje a Munich 2017. Ohhhhhhhh!

Como resumen podemos decir que la ciudad nos ha gustado mucho. Ofrece todo lo que a nosotros nos gusta: ambiente alternativo, arte y arquitectura, vida en la calle (y eso que las temperaturas han sido de las más frías que se recuerdan por estos lares y que nosotros hayamos padecido), rica gastronomía y mejor cerveza, oferta de tiendas de todo tipo, gente amable y educada, personas amantes de las mascotas, oportunidad para pasear en cualquiera de sus muchos barrios periféricos...
De hecho nos gustaría recomendar a todo aquel que se acerque a Munich, que sí tiene tiempo o no es la primera vez que viene, que le dedique tiempo a recorrer alguno de los barrios fuera del circuito más turístico. No te defraudará. 

Por último, agradecer a todos los que nos habéis seguido, en especial a aquellos que nos habéis acompañado con algún comentario. Ya sabéis que nos hace especial ilusión leer vuestras opiniones.

Por cierto, no os quepa la menor duda que como ya es tradición, ya tenemos destino para la aventura "en mayúsculas" de verano...... pero que aún no vamos a desvelar. Todo a su debido tiempo. Ahora toca empezar con su preparación.

Tschuss!

viernes, 6 de enero de 2017

Día #6: Día de Reyes... de Baviera

Feliz Día de Reyes a todos. ¿Os han traído todo lo que habíais pedido? Deseamos que así haya sido. Por estas tierras germanas, también ha habido regalos, así que no nos podemos quejar.
De lo que sí que nos vamos a quejar es del frío. La noche ha sido gélida, con el cielo despejado, y cuando hemos salido del apartamento la temperatura era de unos -9 grados!

En todo el día no hemos bajado de los -5... (mirar esta fuente al detalle...)
...y ahora mismo (22 horas) estamos a -12! Y mañana anuncian parecido... En fin, que es lo que hay, y que preferimos esto a que esté lloviendo todo el día.

Como viene siendo tradición hemos optado por celebrar el día festivo de Reyes con un brunch en uno de los sitios pijos de nuestro barrio. Se trata de Cotidiano, local de moda siempre a tope de gente cada vez que hemos pasado por su puerta durante esta semana. Eran algo menos de las 12 horas y, aunque nos ha tocado hacer cola, enseguida nos han sentado en una mesa rodeados de alemanes que estaban haciendo exactamente lo mismo que nosotros, el brunch típico de un día festivo. La experiencia muy satisfactoria, buen servicio, buena comida y estupendo ambiente. Vamos, lo que nos gusta a nosotros.

Después, nos hemos topado con la realidad. Como comentábamos ayer, el día de la Epifania es festivo en Munich. Así que todo, absolutamente todo estaba cerrado. Bueno, museos, monumentos e iglesias no. De hecho hemos entrado a ver la Iglesia de San Pedro o Peterskirche, que pasa por ser el templo católico más antiguo de Alemania. Destaca su altar barroco y los frescos del techo. Casi todo el mundo opta por subir a su torre a disfrutar de las vistas, pero con el desayuno reciente no estábamos para ascender sus 300 escalones.

De vuelta a la calle, el cielo se había cubierto de repente y la nieve caía con fuerza. Finalmente, tan solo ha sido un amago, y el sol rápidamente ha hecho acto de presencia otra vez. 
Ya no es que todo estuviera cerrado, sino que ademas no había prácticamente nadie por la calle. Desconocemos cuál es la tradición que se sigue en esta ciudad en un día como el de hoy. Así que con las mismas, hemos decidido darnos un largo paseo hasta el barrio de Neuhausen, una zona muy visitada ya que allí se encuentra el Palacio de Nymphenburg, la residencia veraniega de los Wittelsbach. Nuestra idea era solo verlo por fuera. Atravesando la avenida del mismo nombre, íbamos disfrutando de las casas y palacetes, así como de algunas fábricas de cerveza locales.

A mitad de camino, nos ha llamado mucho la atención una iglesia muy pero que muy moderna, con una arquitectura que impacta. Su construcción es reciente y mezcla elementos como cristal y madera en dos bloques, uno dentro del otro. Muy curiosa.

Unos metros más adelante nos hemos llevado una muy grata sorpresa. Y es que hemos descubierto dónde estaban todos los muniqueses! Enfilando una calle se encuentra un canal que va directo al Palacio. Pues resulta que este canal estaba completamente helado y servía de zona de juegos (curling, hockey, patinaje, trineo...) a familias enteras con niños y perros, grupos de amigos, etc. de todas las edades. La imagen ha sido maravillosa, con el Palacio de fondo y el sol intentando disimular el frío intenso que hacía.

Con el canal en esas condiciones, merecía la pena pasear por el, eso sí, con cuidado de no caer, ya que en algunas zonas el suelo era puro hielo.

Una vez en tierra firme, el Palacio de Nymphenburg se presentaba ante nosotros, con sus lagos helados, los patos y demás ánades situándose entre el agua y el hielo, y los jardines nevados con sus estatuas protegidas del invierno con maderas. 

Se estaba celebrando algún acto no sabemos si religioso, aunque lo parecía, con un cura-angel, música y una estrella a la que la gente seguía. Ni idea de su significado.

El sol empezaba a esconderse y el frío intenso volvía, si es que en algún momento se marchó.
Hemos vuelto entre calles, por una zona repleta de viviendas unifamiliares donde dicen residen las personas más ricas de la ciudad.

Una vez en el centro histórico, tras pasar por una zona en la que aún quedaban restos de la iluminación navideña...

...hemos visitado, sin llegar a sentarnos, la cervecera más famosa, histórica y turística de Munich, la Hofbrauhaus. Sus 3 plantas con diferentes ambientes dan servicio a miles de personas. Destaca la sala del festival de la tercera planta y la planta baja, con sus pinturas en el techo, la música en directo y el jaleo que se monta por la gran cantidad de gente que allí se junta. Había que verlo, no?

Y con esto, tras el cansancio del largo paseo y un frío que nos estaba matando, hemos optado por volver al apartamento bien prontito. Mañana es día de viaje de vuelta. Eso sí, como el vuelo lo tenemos bien entrada la tarde, aún nos queda por delante una jornada competa que a buen seguro trataremos de exprimir al máximo. Tschuss.